Retomando un viejo artículo científico escrito en el año 1986:

Vivimos en una sociedad en la que lo que viste y da prestigio es la cultura. Los incultos son tachados de ignorantes, analfabrutos, imbeciloides y demás calificativos poco amistosos.

Para combatir la incultura personal e intransferible hay que aprender. Aprender todo tipo de cosas: saber leer en las líneas de la mano, comprender y hablar el batusi, conocer perfectamente el Kama-Sutra, e incluso las feministas pretenden que los hombres sepamos fregar los platos y barrer las camas.

Y el autor de este artículo, captando en los diversos estratos sociales la gran sed de saber que existe, contribuye a la cultura nacional con este artículo de tema muy en boga hoy en día, y en noche: la CUARTA DIMENSIÓN (chim!, pom!). Habiendo cursado sus estudios en los parvularios de Rambouillet y Hozfor, y tras haber obtenido el título del artículo se puso a escribirlo sin más. Y aunque parezca mentira (y lo sea!), el tema de este ensayo no es nada desconocido para el autor, ya que él mismo es un ser de cuatro dimensiones… sí, señores, y si no os lo creéis que baje su padre y lo vea.

 

CAPÍTULO I: ¿QUÉ ES Y PARA QUE SIRVE LA CUARTA DIMENSIÓN? ¿EH?


El lector, al que supongo mínimamente inteligente, creo que ya se habrá percatado de que este capítulo va dirigido a aquellos seres tridimensionales profanos en el tema tetradimensional; o a aquellos otros que, siendo igualmente profanos en el tema tetradimensional, tienen una mente unidimensional; o bien a aquellos seres que, siendo tetradimensionales, no lo saben, o no quieren saberlo por problemas familiares.

Empezaremos intentando definir el concepto de dimensión de una forma accesible al lector más imbeciloide. Si buscamos en un buen diccionario el palabrejo en cuestión, encontraremos lo siguiente:

DIMENSIÓN: Mús. Medida de los compases.

Nada más lejos del auténtico significado de la palabra. ¿Qué tendrá que ver un compás con la dimensión? ¿Será un compás de hacer redondeles o uno de tres por cuatro doce (y además un coche!)? ¿Estudia o trabaja?

Dimensiones son realmente unas magnitudes espaciales, lineales, planares o incluso hiperespaciales. Una dimensión podría ser por ejemplo: la longitud, la hartura, la titud, etc. No serían dimensiones un preservativo, un botijo o un calandraco. En una determinada dimensión pueden existir otros seres, de igual dimensión, metidos dentro de ella. Por ejemplo: definen una dimensión: una recta, otra recta, un plano, otro plano, un espacio, etc. No son dimensiones un preservativo, un botijo o un calandraco.

Posiblemente también habréis oído hablar de cuerpos de n-dimensiones (en donde «n» es una letra entrecomillada que representa a un número natural, y de Danone, comprendido entre cero e infinito positivo; y todo ello sin entrar en figuras fractales de dimensiones no enteras ! … ¡un cashondeo!). Pues bien se define espacio n-dimensional como las «n» coordenadas necesarias para definir perfectamente y sin ambigüedades la posición de un punto en dicho espacio. Por ejemplo: en un espacio de tres dimensiones nos harían falta tres coordenadas para posicionar un punto; y los tres ejes de coordenadas serían «X», «Y» y «Cheta».

Sabido todo esto, ya podemos responder adecuadamente a la pregunta de «¿Qué es el espacio de cuatro dimensiones?». La respuesta correcta sería, lógicamente, «Un espacio tetradimensional».

 

 

CAPÍTULO II: ¿POR QUÉ NINGÚN TRIEDRO VA A SER MEJOR QUE OTRO RESPECTO A LA VELOCIDAD DE LA LUZ?


«La cuarta dimensión existe realmente, pero… ¿Existe realmente la cuarta dimensión? Maríiiia! Tráeme un vaso de leche… … ¡Aghhh!… ¡¡¡Coño, que me muer…!!!»

Estas fueron las últimas palabras que pronunció el célebre científico alemán de origen judío, Alberto Einstein, antes de expirar, inspirar y morir.

Alberto, además de grandes contribuciones a la humanidad con la bomba atómica y la lejía nuclear, fue el que becerró sus teorías de la irritabilidad (teorías de la irritabilidad restringida y de la irritabilidad general), en las que incluye una cuarta dimensión para explicar contracciones métricas, dilataciones másicas y cosas más raras que la puñeta.

Para Alberto, la velocidad de la luz (que resulta ser la misma que la de la oscuridad) tenía un gran atractivo. Según farfullaba, si multiplicamos su valor en metros por segundo por el número «e», el resultado lo dividimos por «pi» al cuadrado menos doscientos catorce y pico, y obtenemos del total la raíz cúbica, resulta ser la edad que tenía Moisés cuando hizo la mili.

Pero el mayor fallo de Alberto fue el de considerar la cuarta dimensión como el tiempo, olvidando la espacialidad literal de ésta. Realmente todo ser de n-dimensiones, al desplazarse por el tiempo (incluso, tan sólo existiendo en él) pasa a una dimensión superior, es decir, a n+1 dimensiones; pero de ahí a decir que la cuarta dimensión sea el tiempo… ¡¡¡amos, anda!!!

Según Alberto, un tío que viajase a la velocidad de la luz pasaría a tener una masa cero (pues se convertiría en energía), una longitud cero y, además, por él no pasaría el tiempo respecto a nosotros. ¿Cómo es posible eso? ¿Se equivoca Alberto? ¿Qué quiere decir cuando se refiere a nosotros? ¿Acaso es que el tío se fue a mear?

Alberto explicaba el origen gravitatorio teniendo en cuenta también un espacio tetradimensional, postulando que un objeto que poseyera masa produciría un curvamiento del espacio tridimensional en uno tetradimensional, siendo el curvamiento directamente proporcional a la cantidad de materia.

Pero, digo yo, ¿no sería más lógico pensar en un arrugamiento del espacio tridimensional en uno tetradimensional que el curvamiento?

Y si fuese un arrugamiento, ¿existirían las planchas tetradimensionales?, pues si no existieran nuestro Universo estaría bastante desaliñado, ¿no? Es más, en caso de que fuese un curvamiento, no estaría éste producido por algún tipo de gravedad tetradimensional, y que ésta estaría a su vez producida por el curvamiento del espacio tetradimensional en uno pentadimensional y así indefinidamente hasta el infinito, o hasta que se produzca una especie de cadena cíclica que interrelacione espacios de dimensiones superiores con otros de dimensiones inferiores y que ls%çr6g=| ; ??#$¿**… ?

Y basada en estos postulados se creó, por poner un ejemplo, la teoría de los «hoyos negros», que tanto revuelo produjo en todas las discotecas de antes, ya que cuando uno se sentaba a hablar con una chavala, siempre surgía el tema de manos del dialogador masculino; no con fines de divulgación científica, sino como forma de hacer referencia morbosa a otros hoyos negros, cuyo interés científico tan sólo ronda la anatomía.

Los hoyos negros (los imberbes) son el producto de un colapso gravitacional, que hace que se concentre una gran masa en esferoides de pequeño volumen, por lo que la fuerza gravitatoria es tan gorda que ni tan siquiera puede escapar la luz del campo formado (la señora Luz Casal tampoco).

Actualmente se piensa que debido a que estos hoyos negros son como túneles en el espacio tetradimensional (originados por el extremo curvamiento) se podría viajar a través de ellos, ofreciéndole entonces una dura competencia a los señores de Renfe. Y si bien, esto es imposible lo tomaremos como posible para confundir un poco más al lector.

Pero estas divagaciones las dejaremos para un próximo capítulo en el que trataremos el modelo cosmológico de Fredius.

 

 

CAPÍTULO III: MI NOVIA ME HA DEJADO POR ALBERTO… ¡GÑFUZ!


Alberto Einstein fue el primero que asomó la napia. Luego y más tarde vinieron otros, que aprovecharon la estrecha vereda que abrió Alberto para penetrarla con sus miembros vigorosos (¡me refería a sus cerebros!). Uno de estos personajes fue Zuiderf, tipo del que aún no tenemos referencias históricas, ni creemos que haya existido… pues el nombre lo hemos tomado del de Fredius al revés, así que… fíjense ustedes lo fácil que nos resulta engañaros… ¿eh?

Zuiderf de Constantinopla fue el primero en explotar la teoría de la irritabilidad restringida de Alberto y, también fue el primero, en usar la dinamita con fines científicos. A este engendro le debemos el «Teorema Ketú per Omenokemañana», que para rellenar un poco de espacio desarrollaremos a continuación:

Imaginémonos una vaca que está devorando a un recién nacido en una Sex-shop, un sopla-ombligos portátil y la ecuación de velocidad uniforme:

 

Si a esta ecuación le aplicamos la contracción del término tiempo, predicha por Alberto, quedaría de la siguiente forma y manera, donde «c» es la velocidad de la luz:

 

Despejando despacio el espacio…

 

Y haciendo el tiempo «t» igual a la unidad para obtener así la expresión del espacio recorrido «s» en una unidad de tiempo t=1 a la velocidad «v»:

 

Derivamos la expresión y simplificamos un poco:

 

Igualamos «s'» a cero para hallar el máximo de la función y operamos, con lo que obtenemos:

 

Esto nos da un valor para la velocidad de aproximadamente v=211985,28 km/s. Significa esto que la velocidad óptima a la que debemos desplazarnos para llegar cuanto antes a un sitio cualquiera es de 211985,28 km/s, y si lo que nos sucede es que superamos esta velocidad, lo que ocurrirá en realidad es que nos retrasaremos más, llegando más tarde, por ejemplo, a una cita con la novia (como me pasó a mí); y que si la novia es de letras (como me pasó a mí) y no se entere del desarrollo del teorema Ketú (como le pasó a ella) lo más probable es que se crea que te estás quedando con ella y te deje por culpa de Alberto (como a mí, que también me pasó!).

 

 

CAPÍTULO IV: TODO LO QUE SE SABE ACERCA DE LA DECIMOQUINTA DIMENSIÓN


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAPÍTULO V: ¿QUE QUÉ ES EL TIEMPO? ¡PUES ESTÁ CLARO!, ¿NO?


Como el tiempo se puede tratar como una real cuarta dimensión vamos a intentar ver a grosso modo que qué es lo que es, ¿d’acuerdo?

Empezaremos viendo lo equivocadas que están las definiciones que nos da de «tiempo» el Irreal Diccionario Anémico de la Yegua, y posteriormente trataremos de dar una que sea mínimamente correcta. Veamos:

TIEMPO: Duración de las cosas sujetas a mudanzas.

Como podrá ver el lector esta definición es incorrecta, además de poco clara. Se podría pensar que las cosas que no se mudan de vez en cuando no existen en el tiempo, lo cual es erróneo. También cabría la posibilidad de pensar que cuando dice «sujetas» se refiera a «sus caras», con lo que el significado quedaría así: «Duración de las cosas, sus caras a mudanzas»; es decir, tiempo son aquellas cosas que duran mientras que sus caras se van de paseo; ¿o a lo mejor significa que tiempo es lo que duran unas cosas en un mismo sitio porque las mudanzas son caras?, ¿o que los de las mudanzas son unos caras? No, hijo, no. Esa explicación no convence ni al más imbeciloide (¿es posible que a usted si?).

Bueno, pasaremos a otra definición, a ver si nos aclara un poco las dudas de la primera.

TIEMPO: Estación del año.

Vaya!, esta explicación de tiempo si que es impropia. Qué tendrá que ver que una estación de ferrocarriles sea la mejor del año, debido a ciertas características que posea en sentido positivo hacia los usuarios, para que nos la comparen con el tiempo. ¡Una barbaridad!

Veamos una última definición antes de intentar redactarla nosotros.

TIEMPO: Mús. Cada una de las partes de un compás.

¿Cómo es posible que cada una de las partes de un compás sea tiempo? Lo demostraré: cojo un compás de los buenos y lo desarmo, y observo cada una de las partes: la mina de lápiz, el cachucho de cogerlo para darle vueltas, el porta-rotrings, etc. Ninguno de estos cacharros me parece que sea algo parecido al tiempo; luego de nuevo está equivocado el diccionario. Y como no creo ver ninguna definición correcta paso directamente (sin pasar por la casilla de salida ni cobrar las veinte mil pelas) a definir el tiempo por mi cuenta y riesgo: «Tiempo es aquella magnitud física fundamental que usted está perdiendo mientras que está leyendo este artículo».

 

 

CAPÍTULO VI: EL TIEMPO HOY EN DÍA


El tiempo hoy día será seco y caluroso en la mayor parte de la península, con probables aguacerdos de poca importancia en la zona norte de la Guayana Francesa. Pero por lo general estable: será lunes toda la semana.

 

 

CAPÍTULO VII: EL MODELO COSMOLÓGICO DE FREDIUS O LA TEORÍA DEL ORGASMO UNIVERSAL


En el modelo cosmológico de Fredius tomamos como la cuarta dimensión el tiempo, pero no como un escalar aislado, sino como una componente más que se le agregará a las otras tres.

En principio este modelo parte de la teoría de «el gran pepinazo» o «big-bang-bum», pero con una sutil diferencia: el pepinazo se produce en cuatro dimensiones y no en tres (pensad en el tiempo como una dimensión seudo-espacial).

A partir del momento cero o gran pepinazo el Universo entero se expande en forma de hiperesfera (equivalente a una pelota de cuatro dimensiones). La superficie de esta hiperesfera correspondería a nuestro conocido Universo tridimensional. Hasta aquí no hay nada nuevo, pero a partir de este punto de la teoría entra en juego un importante factor: el cerebro de Fredius que intenta encontrar por algún lado ese interruptor que encienda una bombillita para que arroje luz sobre el asunto. Alberto predijo el curvamiento del espacio tridimensional, pero no dio ninguna explicación acerca de donde venían esas misteriosas fuerzas que lo producían. Fredius supera a Alberto y da una explicación racionada (no conviene el darse al exceso) de lo que produce el curvamiento. Éste se debe a que la hiperesfera, en su movimiento de expansión, sigue un movimiento uniformemente desacelerado. Esta aceleración dirigida hacia el centro de la hiperesfera produce una aceleración equivalente, pero opuesta a la primera, en todos los cuerpos que están situados en la superficie de la hiperesfera, es decir, los de nuestro Universo tridimensional. Esta aceleración que actúa sobre los cuerpos es la responsable del curvamiento, siendo éste negativo pues va dirigido hacia fuera de la hiperesfera. De esta forma también se explica la contracción temporal en campos gravitatorios, lo que pasa es que no sé como.

Y aunque también venga al caso se puede explicar con este interesante modelo cosmológico la estructura real de la materia; explicándose ésta como ondas tetradimensionales del espacio tridimensional (algo así como granillos en un papelote). Teniendo esto último en cuenta también podríase explicar que la materia no pudiera superar la velocidad de las ondas electromagnéticas, ya que ella misma es una onda del espacio tridimensional.

Y para acabar este capítulo tan sólo nombraré de que forma se produjo el gran pepinazo o «big-bang-bum», teniendo en cuenta la teoría de los hoyos negros: Una supercuerda con forma oblonga se introdujo con un movimiento armónico simple dentro de un hoyo negro, produciendo polvo galáctico en cantidades asombrosas de imaginar para la imbécil mente del hombre. A raíz de esta eyaculación galáctica nacieron al cabo de nueve meses todos los astros y cosillas del espacio, entre ellas la Vía Láctea, … y nada, ¡aquí estamos!

 

 

CAPÍTULO VIII: LA RELIGIÓN COMO FÍSICA TETRADIMENSIONAL. ¿EXISTE DIOS O NO?


No.

 

 

CAPÍTULO VIIII: DADME UN HIPERCUBO Y TENDRÉ UN HIPERCUBO ENTRE LAS MANOS


Hay en la tradición popular de un pueblo de Etiopía un bonito cuento que dice así:

«Kabalunga era una bella y hermosa moza que vivía con su abuelita Karantú en una bonita choza a las afueras del pueblo, cerca de la montaña sagrada en donde estaba el monumento al dios Karambulo. Las muchachas del pueblo, mucho más feas y olorosas que Kabalunga, estaban blancas de envidia cuando la veían aparecer por el pueblo para hacer las compras.»

 

«Pero un mal día, cuando Kabalunga, como todas las semanas, bajó a comprar arañas para la comida, fue apresada por las feas muchachas del pueblo, y por mutuo acuerdo de todas ellas la metieron en la jaula de Karmaleum. Karmaleum era un fornido orangután macho al que adoraban las gentes del poblado. Kabalunga fue violada y deshonrada cuarenta y ocho veces, perdiendo así su virginidad.»

 

«Pero cuando el príncipe Karacol, hijo de Kabezum (regente del pueblo indígena de los Khartones), se enteró del asunto, corrió hacia la jaula de Karmaleum. Cuando llegó allí cogió a éste por una pata y le pidió matrimonio con la condición de que le fuera o fuese fiel.»

 

«Días más tarde se iba a celebrar la boda, pero cuando el novio iba por la calle principal, le cayó encima un hipercubo proveniente de otra dimensión, y lo mató de golpe… (¡de golpe en el coco!)»

Un hipercubo es un cuerpo geométrico tetradimensional también llamado tesseracto, y cuya proyección en nuestro espacio tridimensional os la podéis imaginar como un cubo metido dentro de otro (los obscenos que no piensen que los cubos hacen porquerías). Otros cuerpos pitagóricos que podríamos encontrar en la cuarta dimensión serían los hiperoctaedros y simplex’s (hipertetraedros).

 

 

ULTIMO CAPÍTULO: DESPEDIDA Y CIERRE


¿Por qué no tienen pelo las ranas? ¿Por qué «equis» no tiene «x»? ¿Estudiamos o trabajamos? ¿Es el mayordomo el asesino? ¿Qué significa «purchurriador»? ¿Para qué sirve? ¿Qué somos? Y sobre todo: ¿Cuántos somos?

Todas estas preguntas no tienen respuesta por ahora, ni tan siquiera tienen nada que ver con este artículo, y tampoco vienen al caso… y si no vienen al caso, ¿vendrán por lo menos para cenar a una hora prudente?… y ya que hablamos de eso, ¿qué hay de cena?… no lo sé, pero me han dicho que de cena son diez unidades… Bueno, lo dicho, dejaremos esto para otro rato, y ya sólo comentaros que para cualquier aclaración o queja podréis localizarme en el formulario de contacto de la web. Sólo féminas.

¡Chao!

 

 

BIBLIOGRAFIA QUE SE PUEDE CONSULTAR SOBRE EL TEMA


  • «THE FOURTH DIMENSION». C. Howard Hilton. Allen and unwin. 1.904
  • «THE FOURTH DIMENSION». E. H. Neville. Cambridge U. Press. 1.904
  • «GEOMETRY OF FOUR DIMENSION». H. Parker Manning. Dover. 1.956
  • «LOS PURCHURRIADORES COMO FORMA DE DESINTOXICACIÓN SOCIAL». Fredius. Caco’s Editoriá. 1.986

 

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