Singularidades metafísicas del espacio tetradimensional

Singularidades metafísicas del espacio tetradimensional

Retomando un viejo artículo científico escrito en el año 1986:

Vivimos en una sociedad en la que lo que viste y da prestigio es la cultura. Los incultos son tachados de ignorantes, analfabrutos, imbeciloides y demás calificativos poco amistosos.

Para combatir la incultura personal e intransferible hay que aprender. Aprender todo tipo de cosas: saber leer en las líneas de la mano, comprender y hablar el batusi, conocer perfectamente el Kama-Sutra, e incluso las feministas pretenden que los hombres sepamos fregar los platos y barrer las camas.

Y el autor de este artículo, captando en los diversos estratos sociales la gran sed de saber que existe, contribuye a la cultura nacional con este artículo de tema muy en boga hoy en día, y en noche: la CUARTA DIMENSIÓN (chim!, pom!). Habiendo cursado sus estudios en los parvularios de Rambouillet y Hozfor, y tras haber obtenido el título del artículo se puso a escribirlo sin más. Y aunque parezca mentira (y lo sea!), el tema de este ensayo no es nada desconocido para el autor, ya que él mismo es un ser de cuatro dimensiones… sí, señores, y si no os lo creéis que baje su padre y lo vea.

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